¿Qué tenemos que hacer para cuidar nuestra salud dental durante las vacaciones?
Con la llegada de las vacaciones solemos descuidar nuestro cuidado dental, debido a que pasamos más tiempo fuera de casa, aumentamos la ingesta de azúcares, realizamos un mayor número de comidas fuera de casa o entre horas y disminuimos las veces en que nos cepillamos.
Esto nos lleva a observar que muchos pacientes al regresar de su período vacacional experimentan inflamación en las encías, recaída en su problema periodontal, así como otros problemas bucodentales.
Los problemas más frecuentes que nos encontramos son:
Aumento de la placa bacteriana. Debido a que disminuimos la frecuencia en que nos cepillamos. Para evitarlo no olvides cepillarte después del desayuno y aumentar el tiempo de cepillado antes de ir a dormir.
Debido a que se consumen más bebidas alcohólicas y tabaco. Esto contribuye a empeorar el problema periodontal. Recuerda beber mucha agua para mantenerte hidratado y evitar este efecto tan molesto
Hipersensibilidad dental. Asociado al consumo de bebidas frías y alimentos ácidos que provocan desmineralización del esmalte, dejando al descubierto la dentina que provoca esta sensibilidad dental.
Para evitarla disminuye el consumo de bebidas ácidas, y en caso de hacerlo preferiblemente acompañado de alimentos ácidos. Cepillarse lo antes posible tras el consumo y en caso de ser muy acentuada la sensibilidad usar pastas o geles dentífricos específicos para el tratamiento de la sensibilidad.
Igual que en verano protegemos nuestra piel de los rayos del sol, podemos mantener nuestra boca sana siguiendo unas sencillas pautas:
Revisarlos antes de partir. Muchas enfermedades bucodentales presentan síntomas poco visibles a simple vista, de modo que en una exploración rutinaria se pueden detectar patologías como las caries o la gingivitis.
Llevar siempre en bolsos o mochilas un kit de limpieza dental que incluya un cepillo de dientes y una pasta dentífrica, y a poder ser también un colutorio e hilo dental.
Si se ha olvidado el kit de limpieza y a la espera de comprar otro, beber mucha agua contribuye a equilibrar el pH de la boca y reducir los restos de comida, lo que ayuda a que las bacterias tengan menos combustible y produzcan menos ácido.
Los chicles sin azúcar ayudan a segregar más saliva y a retirar restos de comida, por lo que también contribuyen a neutralizar el pH. Eso sí, no deben ser un sustituto del cepillado. Comer manzanas (a mordiscos) y uvas entre horas favorece también nuestra salud dental.
Ingerir un yogur de postre es una buena opción, ya que permite neutralizar los ácidos de las bacterias orales.
Cuidar la alimentación porque gran parte de la salud de nuestra boca depende de los alimentos que tomamos. A las bacterias que originan las caries les gustan los alimentos ricos en azúcares, por lo que habría que reducir su consumo y lavar los dientes después de ingerirlos. Las bebidas carbonatadas y los zumos cítricos pueden descalcificar el esmalte de los dientes y erosionarlo.
Moderar el consumo de alcohol y tabaco, sin olvidar que estos malos hábitos nos hacen mucho más vulnerables a las enfermedades bucodentales.
Las bebidas y los alimentos fríos que tomamos para calmar el calor pueden provocar un aumento de la sensibilidad dental y producir inflamaciones de los vasos sanguíneos del interior de los dientes.
El contacto con el cloro de las piscinas favorece la acumulación de sarro, puede provocar la aparición de manchas en los dientes y daña nuestras encías, por lo que es conveniente lavar la boca minuciosamente después de un día de piscina.
No olvides tu férula de descarga para el bruxismo o los retenedores de ortodoncia.